Rafa Nadal pasó revista ayer en Los Desayunos de TVE ante las preguntas de Ana Pastor. La normativa antidopaje fue un tema en el que se mostró especialmente crítico: "Tenemos un régimen de controles brutal. Debo decir los 365 días del año dónde voy a estar, y tengo que reservar una hora de cada uno de esos días para que se realice el análisis. Todos los días, y esté donde esté. A las tres faltas te ponen un año de sanción. Es un atentado contra la privacidad de los deportistas, lo que no quita que sea el primero que desee un deporte limpio y que se efectúen controles antidopaje como el que más, aunque las formas me parecen injustas".
Respecto a su opinión sobre si existe un problema con el dopaje en el deporte, también estuvo tajante: "No hay ningún deportista de élite que mientras compita se dope, eso es imposible a día de hoy. Creo que en España no tenemos ningún problema, pero sí es real que el dopaje existe en cualquier sitio del mundo, porque siempre habrá gente dispuesta a hacer trampas".
Francia. En cuanto a las sátiras de los muñecos franceses, Nadal, diplomático, no entró al trapo: "Los guiñoles forman parte del pasado. Se excedieron, porque fue un ataque contra el deporte español de manera injusta. El deporte español triunfa por los valores que todos sabemos, y también les hemos alimentado dándoles mucha publicidad. El público de Roland Garros es el que menos me apoya. No obstante, me siento muy querido en Francia".
Nadal no eludió una polémica surgida recientemente, dónde tributa sus impuestos: "No controlo los asuntos económicos. Yo juego y mi equipo se encarga de eso. La realidad dista mucho de lo que se ha publicado. Tenemos relación con gente de San Sebastián, y a través de ellos se nos ofreció domiciliar las sociedades en Guipúzcoa. Había unas ventajas fiscales, siempre dentro de la legalidad. Mal aconsejados, las sociedades se domiciliaron allí, y las ventajas no fueron tales, así que decidimos volver a Mallorca. Siempre he tenido mi domicilio fiscal en Mallorca, por tanto, siempre he tributado en España. Los ingresos que obtengo con el tenis tributan primero en el lugar de origen, y luego en España. Me cuesta mucho decirlo, pero las sociedades pagaron algo más de 20 millones de euros, y yo a nivel personal he pagado una cifra similar. Son muchos millones en general los que he tributado en este país, que es lo que me toca como ciudadano. Me duele verme involucrado en este tema".
Por último, analizó sus perspectivas de futuro: "Vuelvo a tener la energía necesaria para seguir luchando por ser mejor. Ahora hay un tenista que es el mejor, Djokovic, y lo justo es reconocerlo, pero se le puede ganar. Mi educación es la del esfuerzo, de la superación, de ir al límite. Ojalá pudiera ser el abanderado español en Londres. Me encantaría representar allí a mi país, se trata de una de las ilusiones de mi vida, aunque no depende de mí. Espero que no sean mis últimos Juegos, en la Villa Olímpica se viven los auténticos valores del deporte, pero nunca se sabe".
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