El tiempo pasa y poco cambia en Brasil. Se acercan años vitales para
la 'canarinha' y las dudas de los 'torcedores' siguen intactas en varios
frentes. Se echa en falta creatividad en el centro del campo, los
jugadores que deben marcar diferencias, como Ronaldinho y Neymar,
chirrían y futbolistas de renombre como Julio César no están al nivel de
antaño.
Esta noche Brasil sacó adelante el amistoso ante Bosnia pero que
nadie crea que fue fácil. Fue un partido con dominio alterno donde
Marcelo y Dani Alves brillaron por encima del resto. Eso ya dice mucho
de lo visto en Suiza. El madridista abrió el marcador nada más empezar
el partido pero Bosnia asomó la cabeza tras el tanto del empate, marcado
por Ibisevic, con un juego de asociación y una defensa férrea. La
fuerza bosnia menguó tras el descanso y Brasil, sin llegar nunca a
desbordar a su rival, se llevó el triunfo gracias a un gol en propia
puerta de Papac en el descuento.
A escasos meses de los Juegos Olímpicos de Londres y a dos años y
medio para 'su' Mundial, Brasil debe pavimentar un camino empedrado
desde hace años. El tiempo corre en contra de Mano Menezes y dar con la
tecla de la 'canarinha' resulta vital. La primera decisión trascendental
la tomó en el ataque al alinear un tridente puro del fútbol brasileño
con Leandro Damiao, Ronaldinho y Neymar. Esos 'lujos' no se los quiere
permitir Mano en defensa, aunque cada vez más brasileños claman al cielo
por una dupla de zagueros formada por Thiago Silva y Dedé. Ahí sólo
cuenta con futbolistas de equipos europeos. Y entre defensores se cocinó
el primer tanto. A los cuatro minutos de juego, Dani Alves se cruzó el
ancho del campo hasta dar con Marcelo, que llegó desde atrás con fuerza
para ajustar el balón a la base del palo. Bosnia salió a esperar a su
rival y a la primera oportunidad se llevó el golpe.
Un golpe del que se rehizo con facilidad. El centro del campo
brasileño es el mayor dolor de muelas de Menezes y Bosnia decidió
ahogarles con una presión asfixiante en esa zona del campo. Si a eso le
sumamos un fallo garrafal de Julio César en la salida y el estado de
forma de David Luiz, la ecuación resulta de primer grado. Una
recuperación de Dzeko en la medular acabó en Ibisevic y al del Sttugart
no le tembló el pulso a la hora de empatar.
La igualada dio un matiz 'brasileño' a Bosnia. Perdieron el miedo
inicial y adelantaron las líneas para contraatacar a su rival con la
misma medicina. Y Brasil mantenía el tipo gracias a las puñaladas de
Dani Alves y Marcelo, pero el equipo siempre acababa sus jugadas con
lanzamientos lejanos e inofensivos para Begovic.
A todo esto, sin noticias de Ronladinho y Neymar. Los llamados a
liderar esta 'canarinha' se eclipsaron durante la primera mitad y eso
torpedeó cualquier intento de creación.
La viscosidad del juego brasileño no se quedó en el vestuario. Nadie
en Brasil era capaz de coger el balón desde su campo y transportarlo
hasta la zona de ataque. Mano Menezes vio a Elías como el jugador
propicio para dar fluidez al juego. Quizás eso ya dice algo de la
situación de la pentacampeona a la hora de crear. Y que conste que el
exjugador del Atlético no lo hizo mal en el AFG Arena de Saint Gallen.
El cansancio embotella a Bosnia y Brasil se encuentra con el gol
A pesar de todo Brasil llevaba el peso del partido porque el
combustible bosnio se desparramó en la primera mitad. No cometieron
locuras y esperaron bien cerrados atrás, haciendo de la zaga un
auténtico frontón para Brasil. Mano lo quiso dinamitar con Ganso y Hulk.
El santista entró por un Ronaldinho centelleante. Sin flamenguista en
cancha, Neymar dispuso de la ocasión más clara pero el joven atacante no
cruzó lo suficiente para vencer a Begovic.
Brasil buscó desesperadamente el gol del triunfo y al final lo
consiguió. Después de varias intentonas, la 'canarinha' consiguió meter
mano al equipo bosnio gracias a un gol en propia puerta de Papac tras un
centro desde la izquierda de Hulk. Al resultado es a lo único que se
puede agarrar la pentacampeona. Muchas cosas debe cambiar Mano Menezes
para recuperar la imagen del Brasil que todos conocimos.